Cada vez son más las personas que ante la subida constante y notoria de los precios de ciertos combustibles “tradicionales” para las calderas, se plantean seriamente si cambiar. Es decir, se piensan si optar por sustituir las que ya tienen por otras soluciones que les puedan resultar mucho más beneficiosas, económicamente hablando. Cuando lo hacen recaen, sin lugar a dudas, en las llamadas calderas de biomasa, que funcionan con residuos orgánicos y que no dañan el medio ambiente ya que no contaminan. Soluciones de climatización que tenemos a la venta en Sosener.
En el momento que se sientan a pensar si uno de esos dispositivos es el que necesitan lo que primero que se les viene a la cabeza es cuestionarse si será rentable. Ante eso, lo que deben tener en cuenta son todas estas cuestiones:
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Las calderas de biomasa funcionan con biocombustibles, que son mucho más económicos que pueden ser la luz eléctrica, el gasóleo o el gas natural.
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Existen modelos que tienen la notable ventaja de que pueden funcionar con distintos tipos de biomasa (huesos de aceituna, pellets, cáscara de almendras, huesos de cerezas, sarmientos de viñas…), lo que resulta realmente beneficioso para el bolsillo. ¿Por qué? Porque, de esta manera, el propietario utilizará en cada momento el modelo que en ese instante se encuentre a un precio más barato en el mercado.
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Lo que es la instalación, la infraestructura que se posea para la caldera es la que se puede utilizar sin ningún problema.
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A la hora de comprar una solución como la citada hay que tener en cuenta un factor importante y es que las que son de biomasa cuentan con un precio más elevado que las que no lo son.
Estos son los cuatro aspectos de los que hay que partir para acometer una decisión acertada. Aspectos que los expertos en materia de climatización y calderas utilizan para, comparando soluciones de biomasa y otras que no funcionan con esa y partiendo de los mismos parámetros en determinadas características (consumo energético, potencia…), llegan a determinar que las calderas de biomasa son totalmente rentables. Y es que se considera que, aunque el gasto de compra es más elevado, ese se amortiza rápidamente con su gasto reducido en biocombustible para, a partir de ese momento, ahorrar, ahorrar y ahorrar.